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¿Cuál es el gemelo perverso?

Desde tiempos inmemoriales elegir el automóvil que más se adecue a nuestras necesidades ha sido una decisión casi tan importe como aquella que tuvimos que hacer al momento de elegir que estudiar, con quién casarnos o más significativo aún, se complica aún más, cuando nos vemos inmersos en un dilema “con o sin maletero, he ahí la cuestión”.

Puede sonar un tanto exagerado, pero si nos atenemos a los comentarios esta situación es más común de lo que parece. Tomando en cuenta esto, decidimos hacer un pequeño ejercicio donde abordando los rasgos más generales, veremos cuáles son las principales diferencias entre un mismo modelo, en este caso un Mazda 3, en dos distintas carrocerías: sedán y hatchback ¿cuál es el gemelo perverso?

Hablando de la capacidad de transportar equipaje y de la utilidad en el ajetreo diario, quizás los apartados que más dudas generan al momento de elegir entre estas carrocerías, encontramos que naturalmente el Mazda 3 sedán cuenta con un maletero de 408 litros, mucho más amplia que la del cinco puertas que alberga 308 litros. Pero recuerda, que aquí los hatchback tienen un “as bajo la manga” y es que con los asientos abatidos el espacio se incrementa hasta los 1,212 litros.

Entonces ¿cuál Mazda 3 me compro? Pues en realidad depende nuevamente del uso que le quieras dar, ya que el sedán en un principio suena como la compra sensata. En algunas versiones es más ligero, eficiente e incluso cuenta con la ventaja de la carga de equipaje, que, aunque ni de chiste alcanza la capacidad ofertada en el cinco puertas con los asientos abatidos, siempre se agradece que exista un generoso espacio de carga que no sacrifique la comodidad de los pasajeros. En contraparte, el hatchback es una compra pasional, que se acopla mejor a quienes no tienen que lidiar con mucho equipaje. Además, sus menores dimensiones le dan una mayor ventaja al transitar en las urbes.

Entonces la duda muy latina sería ¿con picante o sin picante?

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